El
siguiente artículo, recoge las conclusiones del trabajo final del
Curso Superior Técnico de Urbanismo que realicé en 2008. Aquel trabajo tenía como objeto buscar la
coherencia de las tres escalas del diseño de las que habla Rossi en su libro La
arquitectura de la ciudad, por medio del ejemplo construido de Xoán
XXIII en Santiago de Compostela. El análisis se acometió siguiendo el esquema
Rossiano: aislando y analizando una de las partes del tejido, para así obtener
un somero diagnóstico, dado que la ciudad es la suma intervenciones a lo largo
del tiempo, intervenciones que caracterizan de manera individual a cada urbe.
...El hecho de considerar la ciudad como arquitectura
significa reconocer la importancia de la construcción dentro del conjunto de la
ciudad. El todo está constituido por la suma de de muchas partes que configuran
el hecho urbano. La aportación del movimiento moderno a la concepción de la
ciudad va más allá de ser un conjunto de ideas renovadoras, nos aportan un
nuevo punto de vista al concepto de ciudad.
En la arquitectura no sirven las ideas o planteamientos
neutrales, los problemas de conocimiento han ido siempre ligados a tendencias y
elecciones; al construir una teoría de la arquitectura, su relación con la
historia es ya una elección. Del mismo modo, no es comprensible una
arquitectura sin tendencia o marco contextual que la genere.
Análisis de la realidad y proyecto arquitectónico se van
entrelazando hasta que el estudio de los hechos urbanos (lo que entendemos por
urbanismo) se hace arquitectura.
La propuesta de Rossi es la de la ciudad análoga, es decir, un procedimiento compositivo que gira
entorno a unos hechos urbanos y entorno a los cuales construye otros hechos,
despreciando el falso funcionalismo como método compositivo o como instrumento
normativo.
Esta visión nos permite entender la ciudad como arquitectura, no como una forma o un perfil, sino como construcción en el tiempo. De este modo la arquitectura es inseparable de la vida civil que alberga, y va redescubriendo nuevas formas en la búsqueda de un ambiente más propicio con cierta intencionalidad estética.
Podríamos diferenciar a la arquitectura de las artes en
que la arquitectura es concreta a cada sociedad y permanece vinculada desde sus
orígenes a la sociedad y naturaleza que desarrolla.
Con el método de análisis de Rossi podemos entender la
ciudad como manufactura dividida en dos grandes sectores: el privado o sector
residencial y el conjunto de elementos primarios.
Así la arquitectura se entenderá como una escena fija que refleja los acontecimientos de las distintas generaciones. Para los arqueólogos la ciudad es una trama esencial y eterna del vivir. El urbanismo también implica expropiación, cambios del uso del suelo, destrucción, especulación... de cuya vorágine el monumento es el punto fijo e inmutable en esta dinámica urbana.
Es posible establecer un paralelismo entre el estudio del
urbanismo y el método de Saussure para la lingüística, resumido en cuatros
puntos: descripción e historia de las ciudades, investigación de las fuerzas
presentes en los hechos urbanos, necesidad de limitarse y definirse estas
fuerzas y la política como problema de elección por el que la ciudad se realiza
a sí misma.
La historia del urbanismo se ha movido siempre entre dos
grandes polos, los que consideran la ciudad como conjunto de sistemas
funcionales que generan esa arquitectura, es decir, ciudad como contenedor
social, económico, político... y los que entienden la ciudad como una estructura
espacial, una geografía colonizada por la arquitectura.
La intervención de Xoán XXIII es, a mi parecer y no incondicionalmente, un
ejemplo de coherencia entre las tres escalas de diseño Rossianas: La Calle,
en cuanto la racionalización del acceso rodado y peatonal al casco histórico y
el pormenor de los detalles de acera, pavimentos y marquesina; El Barrio, ya que este vacío cualifica
y oxigena el entorno urbano inmediato en el que se inscribe y dota de un
elemento perspectivo funcional a la mayor vía de acceso al corazón del casco
histórico y La Ciudad, ya que
entendida como manufactura y proyecto global, es una suma intervenciones
coherentes, en donde el buen resultado del todo es la suma de de buenas
intervenciones en las partes.