10.11.20

Ideas para la nueva era "in-covid"

Han pasado ocho meses ya desde que la locomotora de la civilización hizo su última parada en la "Estación Covid".

 R.M.Baldessari,"Treno e velocità" (1916)

Tras reanudar la marcha allá por mayo, el tren ha tenido que reducir velocidad para -quién sabe- continuar el camino o hacer nuevamente una pausa.

 

No puede decirse que todo siga igual que antes de marzo, ya que muchos hábitos, rutinas y formas de relacionarnos han cambiado irreversiblemente...y ahí es donde arquitectura y urbanismo deben plasmar sus propuestas para esta nueva era "in-covid" de indeterminada duración en la que -aún con vacuna en ciernes- nos toca vivir.

Quedan obsoletos los aglomerados urbanos, los flujos masivos de circulación de personas y mercancías. Quedan vaciados de contenido los modelos de negocio presencial, los grandes establecimientos comerciales y las mega infraestructuras que los sustentan...en definitiva quedan desfasados los modelos aglutinadores desarrollados durante los últimos 50 años, ya que han sido el implacable vehículo de transmisión de la Covid-19.

¿Y ahora qué?

Ahora toca replantear el futuro, acudir al mundo de las ideas como ya hicieron a mediados del siglo XX utópicos como "Archigram", un grupo de jóvenes creativos de muy diversos perfiles que durante los años 60 desarrollaron ideas y proyectos utópicos, inspirados en la época que les tocó vivir con el pleno auge de la cultura pop, la cultura hippie y rebelde a las ideas preestablecidas en aquel momento. 

Coetáneos a "Archigram" fueron también los "Metabolistas", grupo de arquitectos y urbanistas japoneses aglutinados por Kenzō Tange que aportaron soluciones orgánicas y flexibles a los problemas de masificación que la sociedad japonesa presentaba en aquella época.

 

En mis años de estudiante me resultó enormemente motivador el libro "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino un universo inspirador donde visualizar ciudades, paisajes y arquitecturas extraordinarios de la mano de Marco Polo y Kublai Kan.

Creo en la "des-metabolización" de las ciudades que habitamos, donde las autopistas y puentes serán intangibles y de información y datos. No habrá dinero físico, sino transacciones digitales...y el trueque es una opción. La naturaleza, la luz y el libre circular del aire serán los nuevos espacios proyectados, serán la materia de la que se construyen y rehabiliten las ciudades.

Des-contruír para edificar, naturalizar ciudades para habitarlas, humanizar calles para des-automobilizarlas...deshacer, replantear, rehabilitar, reciclar, reutilizar, sembrar, germinar, iluminar, abrir, ventilar...

"Ciudad in-covid"
Acrílico sobre lienzo de quien suscribe 



 

 

2.4.20

Nada volverá a ser igual...¿afortunadamente?

Nada volverá a ser igual.

El responsable: el COVID-19, un microorganismo de entre 80 y 220 nanómetros (un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro). 



Esta vez no ha sido una crisis económica mundial, ni un conflicto bélico entre súper potencias ni el descubrimiento de una nueva fuente ilimitada de energía o de vida extraterrestre; ha bastado un microorganismo para poner en jaque a toda la humanidad en su momento de mayor apogeo científico y tecnológico.

Es este un mundo globalizado donde un mensaje de WhatsApp enviado desde A Coruña puede ser leído a la vez en New York, Tokio o Sídney, o donde desde el salón de tu casa puedes comprar una lámpara fabricada en Dinamarca o seguir a través de tu teléfono el paseo de un robot en Marte. En ese mismo mundo ha sido donde un virus en menos de tres meses ha circundado el planeta recluyendo a toda la humanidad en nuestras casas.


Y nada volverá a ser igual...¿afortunadamente?..dependerá de como replanteemos los hábitos, modelos y las formas de vivir, de relacionarnos y de ocupar el territorio.

Ha cambiado irreversiblemente la escala de valores, los hábitos de consumo, las medidas de higiene, han cambiado para siempre los órdenes de prioridades y tantas otras cosas que aún están por saber, y eso, como ha sido desde que salimos de las cavernas, quedará plasmado en el territorio a través de los espacios construídos en primera escala y en el territorio ocupado en la escala global.

Quedarán por resolver cuestiones como qué hacer con el viejo modelo del que hemos venido abusando y cómo adaptarnos (una vez más) a las condiciones que el medio nos impone. Ya ha pasado innumerables veces en el pasado. Grandes culturas se han disuelto y se han perdido en la memoria de la humanidad...creíamos que todo esto no iba con nosotros...y somos nosotros los que no estábamos yendo con nuestra propia historia.


Hay una España vaciada que aguarda desde hace un siglo a que se la vuelva a habitar. Hay unos usos y costumbres (algunos ya perdidos) que fueron patrimonio inmaterial de nuestros antepasados y que condujeron a la civilización hasta aquí, y que habrá que recuperar.


Hay un planeta que cuidar, unos recursos limitados de los que disponer y sobre todo, hay mucho que aprender de los errores que hemos ido arrastrando hasta llegar aquí.

Toda crisis trae consigo una ventana de oportunidad. Los arquitectos también tenemos trabajo en la reconstrucción de esta sociedad que está por venir, y es nuestra misión la de ser fieles al cambio y conseguir poner la arquitectura y el urbanismo al servicio de la población y del medio ambiente.

Ya está en marcha un laboratorio urbano. Es la Woven City, un prototipo de ciudad inteligente a los pies del monte Fuji, en Japón, desarrollado en colaboración con Toyota Motor Corporation.


Es un asentamiento que ocupa parte de las instalaciones de una antigua fábrica y está pensada para ser <<un laboratorio vivo para probar y mejorar la movilidad, la autonomía, la conectividad, la infraestructura impulsada por hidrógeno y la colaboración en la industria>>.


Ecología y tecnología, desarrollo y sostenibilidad, patrimonio construido y territorio vacante, son las dicotomías y equilibrar su coexistencia, sin duda, será el próximo reto al que se enfrente la humanidad.

26.1.16

Nuevas estrategias en viejos modelos de planificación urbana

Planificar el territorio no solamente significa diseñar o prever el crecimiento de los asentamientos humanos. Planificar supone también marcar las estrategias a seguir para lograr un modelo territorial deseable. Legislador primero y planificador después, deben plantearse cuestiones filosóficas como ¿de dónde venimos...a dónde vamos...qué medios utilizaremos para llegar a ese fin...?

Planificar por lo tanto, además de prever nuevos desarrollos y la colonización de territorio vacante, supone también corregir y encauzar modelos obsoletos, tanto de los usos como de la propia ocupación del suelo. Esta labor en concreto quizás sea la que más esfuerzos requiera por parte de planificador y legislador. Por ejemplo, ¿cómo articular nuevos parámetros de sostenibilidad en viejos entramados urbanos?, ¿cómo insertar nuevos criterios en viejas estructuras físicas y compositivas?

Un famosísimo ejemplo de una paradigmática intervención puntual en este sentido puede ser la reinvención en el High Line de New York, perfectamente detallada del singuiente enlace de la wikiarquitectura:




Lo que finalmente consiguió el parque High Line fue transformar una vieja arteria de circulación pesada en un pulmón lineal de ligera circulación peatonal. Una vieja estructura sirvió así de soporte para un nuevo parámetro de sostenibilidad urbana.

Otros grandes proyectos de humanización de tejidos urbanos se basan en la pequeña cirujía urbana, es decir, actuaciones puntuales que resuelven situaciones concretas pero que en su conjunto transfiguran la imagen de la ciudad.


 
Tratamientos novedososos de medianeras, peatonalización de calles, planificación lumínica de las urbes, son parte de esas intervenciones mínimamnete invasivas pero de profundo calado en la imagen y en el alma de fatigados tejidos urbanos.

Otro ejemplo de como una nueva dinámica puede imponerse a una vieja, es el caso de Detroit, antigua capital del automóvil que tras la quiebra económica de la ciudad y de parte de su tejido productivo, no ha tenido más remedio que reinventarse así misma. La bicicleta le come tereno al automóvil. De esta forma, y en el viejo epicentro de la industria automovilística, la tracción humana se ha impuesto a la tracción mecánica.  

Como muestra el siguiente artículo extraído de la página wewww.archdaily.com

http://www.archdaily.com.br/br/780941/como-detroit-passou-de-capital-do-automovel-a-cidade-que-mais-usa-a-bicicleta-nos-eua

 


13.12.14

la arquitectura de la ciudad

El siguiente artículo, recoge las conclusiones del trabajo final del Curso Superior Técnico de Urbanismo que realicé en 2008. Aquel trabajo tenía como objeto buscar la coherencia de las tres escalas del diseño de las que habla Rossi en su libro La arquitectura de la ciudad, por medio del ejemplo construido de Xoán XXIII en Santiago de Compostela. El análisis se acometió siguiendo el esquema Rossiano: aislando y analizando una de las partes del tejido, para así obtener un somero diagnóstico, dado que la ciudad es la suma intervenciones a lo largo del tiempo, intervenciones que caracterizan de manera individual a cada urbe.


...El hecho de considerar la ciudad como arquitectura significa reconocer la importancia de la construcción dentro del conjunto de la ciudad. El todo está constituido por la suma de de muchas partes que configuran el hecho urbano. La aportación del movimiento moderno a la concepción de la ciudad va más allá de ser un conjunto de ideas renovadoras, nos aportan un nuevo punto de vista al concepto de ciudad.


En la arquitectura no sirven las ideas o planteamientos neutrales, los problemas de conocimiento han ido siempre ligados a tendencias y elecciones; al construir una teoría de la arquitectura, su relación con la historia es ya una elección. Del mismo modo, no es comprensible una arquitectura sin tendencia o marco contextual que la genere.


Análisis de la realidad y proyecto arquitectónico se van entrelazando hasta que el estudio de los hechos urbanos (lo que entendemos por urbanismo) se hace arquitectura.


La propuesta de Rossi es la de la ciudad análoga, es decir, un procedimiento compositivo que gira entorno a unos hechos urbanos y entorno a los cuales construye otros hechos, despreciando el falso funcionalismo como método compositivo o como instrumento normativo.


Esta visión nos permite entender la ciudad como arquitectura, no como una forma o un perfil, sino como construcción en el tiempo. De este modo la arquitectura es inseparable de la vida civil que alberga, y va redescubriendo nuevas formas en la búsqueda de un ambiente más propicio con cierta intencionalidad estética.


Podríamos diferenciar a la arquitectura de las artes en que la arquitectura es concreta a cada sociedad y permanece vinculada desde sus orígenes a la sociedad y naturaleza que desarrolla.


Con el método de análisis de Rossi podemos entender la ciudad como manufactura dividida en dos grandes sectores: el privado o sector residencial y el conjunto de elementos primarios.


Así la arquitectura se entenderá como una escena fija que refleja los acontecimientos de las distintas generaciones. Para los arqueólogos la ciudad es una trama esencial y eterna del vivir. El urbanismo también implica expropiación, cambios del uso del suelo, destrucción, especulación... de cuya vorágine el monumento es el punto fijo e inmutable en esta dinámica urbana.


Es posible establecer un paralelismo entre el estudio del urbanismo y el método de Saussure para la lingüística, resumido en cuatros puntos: descripción e historia de las ciudades, investigación de las fuerzas presentes en los hechos urbanos, necesidad de limitarse y definirse estas fuerzas y la política como problema de elección por el que la ciudad se realiza a sí misma.


La historia del urbanismo se ha movido siempre entre dos grandes polos, los que consideran la ciudad como conjunto de sistemas funcionales que generan esa arquitectura, es decir, ciudad como contenedor social, económico, político... y los que entienden la ciudad como una estructura espacial, una geografía colonizada por la arquitectura.



La intervención de Xoán XXIII es, a mi parecer y no incondicionalmente, un ejemplo de coherencia entre las tres escalas de diseño Rossianas: La Calle, en cuanto la racionalización del acceso rodado y peatonal al casco histórico y el pormenor de los detalles de acera, pavimentos y marquesina; El Barrio, ya que este vacío cualifica y oxigena el entorno urbano inmediato en el que se inscribe y dota de un elemento perspectivo funcional a la mayor vía de acceso al corazón del casco histórico y La Ciudad, ya que entendida como manufactura y proyecto global, es una suma intervenciones coherentes, en donde el buen resultado del todo es la suma de de buenas intervenciones en las partes.

6.11.13

dispersión vs agrupación

Al hilo de este artículo escrito en noviembre de 2013, estos días de agosto de 2015, he encontrado en http://thecostofsprawl.com/ los siguientes gráficos que vienen a refrendar los argumentos aquí expuestos...según estos datos, claramente la dispersión sale más cara y es menos sostenible que la concentración urbana:


Artículo publicado el 06/11/2013:

Cada vez suenan con más fuerza las voces que claman por la sostenibilidad medio ambiental, por la eficiencia energética por el reciclaje... en definitiva, por el crecimiento urbano sostenible y el respeto al medio ambiente. Los agregados humanos se han ido asentando paulatinamente sobre el territorio, colonizándolo con mayor o menor concentración según lo iban permitiendo los recursos naturales, la climatología, y cómo no, la calidad y la cantidad de los medios de transporte. 

Podemos resumir los modelos de crecimiento urbano en dos grandes grupos: el disperso y el agrupado. En el modelo disperso, las edificaciones, generalmente de baja densidad, se extienden sobre amplias superficies de territorio. Son claros ejemplos de este modelo las ciudades dormitorio circundantes a grandes núcleos de población o el paisaje rural propio de Galicia.

modelo de asentamiento disperso

El modelo agrupado de asentamiento, prototípico de los núcleos urbanos de las ciudades, concentra con altas densidades las edificaciones y los servicios que las sustentan.

modelo de asentamiento agrupado

Es evidente que el modelo disperso de ocupación del territorio que se ha llevado a cabo abusivamente en Galicia, choca frontalmente con conceptos como la racionalización de los recursos o la sostenibilidad con el medio ambente. El hecho de la dispersión de los asentamientos sobre el territorio, supone un altísimo coste tanto económico como medioambiental, ya que dotarles de las infraestructuras básicas de acceso rodado, de agua, luz, saneamiento y recogida y gestión de residuos, significa un gasto directamente proporcional a las distancias que esas redes deben cubrir. 


Y esta es la realidad de la Comunidad Autónoma de Galicia, donde todavía a día de hoy existen innumerables núcleos rurales de población que no gozan con plenitud de esas redes básicas de servicios. Si costoso es ejecutar las las carreteras que comunican los asentamientos rurales, las redes de distribución del agua, del saneamiento y de la  electricidad, no deja de serlo menos el mantenimiento que permanentemente necesitan.


Otra consecuencia más del modelo disperso es el alto coste de la “factura del transporte”. La movilidad de personas y mercancias se hace más compleja cuanta más distancia se interpone entre los núcleos poblacionales. De esta forma se encarecen los costes de gestión del transporte público, se complica la búsqueda de la racionalidad del tráfico, del consumo de combustible e incluso del control de emisiones de CO2; y se incrementa, involuntariamente, la siniestralidad viaria.



En el modelo de ocupación del territorio agrupado, estas circunstancias invierten su sentido, y aún manteniendo un alto coste la ejecución y mantenimiento de las infraestructuras, la inversión parece más racional ya que “más gente se beneficia con menos”. Un tejido urbano, o una malla urbana -como se la denomina últimamente-, comparten una única red de servicios e infraestructuras.




En esta malla urbana, una ambiciosa estrategia de eficiencia en el transporte público y en los servicios básicos es posible, ya que el coste, en el peor de los casos, parece asumible.

Un símil comparado para enter esta dicotomía entre el modelo de asentamiento agrupado y el disperso, lo conocemos todos con mayor o menor cercanía. Por ejemplo; una familia compuesta por padres y dos hijos que dependen económicamente de ellos, optimizará mucho más los recursos y los gastos si viven todos bajo el mismo techo. Sin embargo, si los hijos dependientes viven fuera, es por todos comprensible que la factura de gastos de mantenimiento se dispara.

Ya que los asentamientos rurales dispersos se han consolidado en Galicia y suponen una situación construída irreversible, queda planificar una estrategia coherente de implantación, uso y mantenimiento de los servicios básicos.

Al respecto de estos argumentos, debo compartir el siguiente artículo extraído de la página web de arquitasa,

http://www.arquitasa.com/el-coste-de-la-ciudad-dispersa/